martes, 2 de octubre de 2007

brazil-elsusto-buenosaires

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Desde el hall de nuestro hotel -sin lujos pero con encanto- hago un resúmen,mientras nos comemos unas medialunas con café, de estos últimos días:
El Domingo tocó Brasil: Mientras Guille y Carmen visitaban un parque das aves, yo me hice el recorrido en helicóptero de las cataratas: ALUCINANTE. Ellos también alucinaron con los bichitos. Las cataratas desde Brasil son muy muy panorámicas, muy impresionantes. Imponentes, hiperbólicas,mareantes..... no sé cómo describirlas. Pero el recorrido es mucho más corto. Hay que ver ambos lados.

Luego vuelo a Buenos Aires -en hora- conversación de política, historia,fútbol... con dos profesoras argentinas que viajaban al lado, una hora de espera para agarrar un taxi y llegada al hotel. Ahí llega el susto: Cristi y Dani tenían que haber llegado por la mañana y no estaban. ¿Y cómo iba yo a llamar a España si eran las dos de la madrugada allí?. ¿estarían retenidos en la aduana? ¿Habrían tenido overbooking? ¿Habrían decido que este hotel tenía demasiado encanto y pocas estreshas y se habían pirao a otro?. Así que con la duda estuvimos cenando en la pizzeria Los Inmortales de Corrientes. Carmen pensando de tó, yo enviando mensajes al móvil de marta... y preocupando a la familia con un correo.... A la mañana siguiente -ayer- cuando me levanté -por una llamada de Carmen- no se me ocurrió preguntar en el hotel. Y estaban sobando en su suite: Habían llegado a su hora y en su día. Un fallo de comunicación y mi despiste -ya no soy lo que era, dicen las primas- hizo que las alarmas saltaran, pero la cosa quedó en ná de ná de ná.
Y ayer deambulamos por un Buenos Aires lluvioso hasta la rabia, gris, sin encanto... Y eso que lo estuvimos buscando: el encanto. Pero la primera impresión no fue muy buena. Nos encantó el café Tortoni, que es probablemente el café más bonito que se pueda uno imaginar, y al final, gracias a Cristi y su insistencia, paseamos por San Telmo. Es lo que más nos gustó. Entramos en un estupendo bar-café llamado El Federal y acabamos con un paseo por Puerto Madero - otro mundo, muy rico por cierto - y para refugiarnos de la lluvia más salvaje acabamos en una parrilla cenando (Tierra de Parrilleros se llama el lugar). Bueno, algunos más que otros. El conejo era delicioso -dicen- así que adivinen quién comió menos. Eso sí: El dulce de leche y los alfajores son un buen sustitutivo conéjico: Yo voy a seguir la famosa dieta argentina del dulce de leche: No adelgazas mucho, pero se obtiene un placer inmenso. Os mando una foto de mi vuelo sobre la garganta del diablo. Pasadlo biennnn.