viernes, 12 de octubre de 2007

barcas y vaca

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Desde este hotel La Cantera, nuestra "casa" en la Patagonia, escribo mi última crónica glaciar. Lo que viene, es otra cosa...

Ayer tuvimos más glaciares: Navegación de día completo por el lago Argentino, para ver más glaciares del Campo de Hielo continental sur. De nuevo, tuvimos un día de lujo en lo que al tiempo se refiere: Nada de vientos (que aquí suelen ser un infierno, sobre todo en "verano") y un sol espléndido. Y se podría esperar que un cuarto día de hielos y glaciares y montañas se pudiera hacer monotono, ¿verdad?. Pues para nada: sorprendente a casa nudo, a cada paso. Navegar por el lago, entre icebergs más altos que el barco de tres pisos de altura, icebergs de azules improbablesm, montañas nevadaas y cielos dramáticamente azules y blancos... parada en bahía Onelli, para ver tres glaciares que inundan de témpanos -icebergs- toda la costa de un lago poblado de un mágico bosque de Lengas, ñires y guindos, propio de una leyenda artúrica... Y continuar navegando hasta el frente del mayor glaciar del Lago Argentino, el Upsala, con un frente que se desprende en bloque, sus cinco kilómetros, con cierta regularidad. No se puede contar: cada glaciar es distinto, cada uno tiene su magia... y para acabar, el Spegazzini, con su glaciar subsidiario, el Peineta, que nace del cerro homónimo, retorcido, para precipitarse sobre el lago en un frente que llega hasta los 120 metros de altura... Magia, magia, hechizo, hipnosis.... eso es un día navegando entre glaciares. ¿lo malo?: la embarcación es demasiado grande, y se hace muy a mogollón. Pero es lo que hay. Si pudiese navegarse en una barquita pequeña,como hicimos en Ushuaia, casi para nosotros solos,sería perfecto. A pesar de eso, fue un cuarto día de impresiones fuertes y agradables. Photo Sharing and Video Hosting at Photobucket

Acabamos cenando el La Tablita, un restaurante con buena fama, no malos hechos, pero un servicio extremadamente lento. Buen cordero patagónico. Al lado de la casita de fin de semana del actual Presidente del país, don Néstor, que es de aquí.

Y hoy hemos tenido una excursión de regalo del hotel, a un cerro de 1050 metros, junto al lago Argentino. De nuevo ha amanecido un día despejado y soleado. ¡¡ Qué suerte tienen ustedes con el tiempo!! han repetido por enésima vez... y la verdad es que hemos gozado de unas vistas preciosas sobre toda la estepa patagónica, el lago argentino... y hasta el Monte FitzRoy, en El Chaltén,hemos podido divisar. El viaje ha sido en 4X4, en una estancia "diminuta" ( solo tienen 800 cabezas de ganado bovino. Hemos visto "bailar" sobre nosotros, en lo alto del cerro, a dos enormes cóndores, muy muy cerca. Con un vuelo majestuoso, su alas acabadas en unas plumas como flecos... algo fascinante. Estaban muy muy cerca de nosotros. Pensábamos que alguien no se había duchado y olía a muerto, porque los Cóndores son carroñeros. Pero finalmente se han ido. Yo he visto a Dani y a Carmen echarse desodorante disimuladamente y a Cristi limpiarse entre los dedillos de los pies. Cuando han acabado, los cóndores se han ido. Sería eso lo que olían... Y la cosa se ha rematado con una parrillada de vaca del lugar,con calabaza y verduaras asadas en hornos de barro. La mejorcomida que hemos tenido en todo el viaje. Una vaca argentina exquisita, crujiente por fuera, como si fuese cochinillo, y tierna y jugosa por dentro, con sabor a leña del horno..... genial. Luego, a las 3, de vuelta para sestear, tomar un mate, pasear por el pueblo.... y en 30 minutos nos recogen para marchar al aeropuerto, camino de Buenos Aires. Tiembla, Buenos Aires, tiembla, Corrientes, Florida, Nueve de Julio... que vienen los primates manchegos a romper la noche ( es que hasta ahora no hemos podido romper nada, con estos horarios tan sanos y campestres que hemos tenido)..... Hasta pronto desde la tierra del Perito Moreno.